Por Rubén Adalberto Pron.
Días atrás, un portal de noticias de la ciudad de Sastre publicó una nota que alude al origen del nombre de los municipios y comunas del departamento San Martín, replicada luego en un medio local. Los datos fueron tomados del libro “El origen del nombre de sus pueblos y algo más” (2011), en el que Nedo J. R. Bellezze, de la localidad de Angélica, detalla a qué obedece la denominación de los distritos de la provincia de Santa Fe.
Tras cumplirse 134 años del surgimiento del departamento San Martín, esta reciente publicación abre paso a una duda que merece ser considerada: ¿A quién se homenajea con el nombre de San Martín impuesto a esta fracción del centro oeste del territorio santafesino?.
El departamento San Martín fue creado por ley del 31 de diciembre de 1890, al desmembrarse el primigenio departamento San Jerónimo, del que surgieron -junto al nuestro- los departamentos Belgrano e Iriondo y la porción territorial que continuó con el nombre original hasta nuestros días.
Parece indiscutible que el nombre asignado al entonces flamante departamento constituyó un reconocimiento al llamado “Padre de la Patria”, como su lindero hacia el sur -Belgrano- evoca al creador de la bandera.
Sin embargo, resulta tentador especular si el primero de los distritos del departamento San Martín, creado en 1874 y aprobado en 1880 en la cañada de Las Escobas -de donde deriva el nombre San Martín de las Escobas, cabecera departamental hasta 1900- no tiene en cuenta en su denominación al patrono de esta localidad, San Martín de Tours. Tampoco puede obviarse que la cañada existente en el distrito toma su nombre de uno de los atributos que se le asignan a San Martín de Porres, el mulato peruano, de quien parece que era devoto el ingeniero Pablo Antonini, ejecutivo de la Compañía Argentina de Puentes y Caminos contratada por el Gobierno de Santa Fe para construir pasos sobre pequeños cursos de agua que permitieran la continuidad de los caminos rurales que iban extendiendo el poblamiento del territorio provincial.
La escoba, símbolo de humildad y servicio, es, junto con el perro, el gato y el ratón comiendo en armonía del mismo plato, el ícono que acompaña a la imagen de San Martín de Porres, religioso de la orden de los predicadores (o dominicos, por el nombre de su fundador, Santo Domingo de Guzmán), hijo del hidalgo español Juan de Porres y Miranda y su manceba Ana Velázquez, una afrodescendiente nacida en Panamá y residente en el Perú.
De la construcción de estos puentes y la expansión poblacional hacia el oeste, resultó la fundación de San Martín de las Escobas, atribuida tanto a la Compañía de Puentes y Caminos que había adquirido tierras en la cañada de la zona como a Martín Echeverría y a su esposa, Manuela Salvarezza, asociados con Manuel Nickisch, de la colonia San Carlos, encargado de parcelar y vender los lotes.
Al surgimiento del pueblo y colonia, siguió la designación del patrono, que recayó en el San Martín que fuera soldado romano y luego obispo de la ciudad francesa de Tours, cuyo nombre lleva la parroquia más antigua del departamento.
Cabe preguntarse entonces si el nombre de departamento obedece al mulato peruano San Martín de Porres, al soldado romano que convertido al cristianismo terminó siendo San Martín de Tours, o al nativo de Yapeyú que abrazó la carrera de las armas para combatir por España en el norte de África, contra la invasión napoleónica a la Península y, finalmente, luchar por la emancipación americana.
Se podría afirmar que el Gobierno de Santa Fe, al crear el departamento San Martín, haya querido honrar al organizador del cuerpo de Granaderos a Caballo y del Ejército Libertador que cruzó los Andes para liberar a Chile y Perú, pero ¿por qué no pensar también que en la decisión gubernamental haya influido igualmente la tradición de un nombre ligado a la Iglesia que resonaba desde antes en la comarca?.