Camino a sus seis décadas de trayectoria, el Club de Leones de El Trébol comparte parte de su extensa historia y del impacto que ha tenido en el crecimiento institucional y social de la ciudad. Su presidenta, Graciela Rossetti, junto a “Chela” Mazzini, repasaron algunos de los hitos más significativos que la entidad llevó adelante desde su creación.
Los inicios: un compromiso con la vida y la salud
Graciela Rossetti recordó que el Club de Leones comenzó su actividad en 1966 y, poco después, protagonizó uno de sus primeros y más importantes aportes: la creación del Club de Dadores Voluntarios de Sangre.
“Al poco tiempo de iniciar, ocurrió el fallecimiento de una mujer por falta de sangre. El padre Tibaldo pidió ayuda a la Acción Católica y a Leones, manifestando que había que hacer algo. Después de una ardua tarea y varios trámites, se logró conformar el Club Dadores Voluntarios de Sangre”, relató.
Rossetti destacó además la figura del doctor Carlos Aburrá, primer médico interviniente en el proyecto y también primer presidente de Leones.
Obras que marcaron época
Otro de los trabajos significativos impulsados por la institución se concretó a fines de la década del ’60, cuando se decidió pavimentar el tramo frente al cementerio, hasta entonces intransitable en días de lluvia.
“Gracias a la colaboración de la firma Celotti y al trabajo de los Leones, se logró concretar esa obra”, recordó Rossetti.
El primer autobomba para Bomberos Voluntarios
Por su parte, “Chela” Mazzini repasó el rol fundamental del Club de Leones en la adquisición del primer autobomba para el Cuerpo Activo de Bomberos Voluntarios de El Trébol.
“A raíz de incendios importantes, como el del Salón Social de El Expreso en el ’62 y el de la firma Petrobol en el ’70, surgió la iniciativa de hacer una campaña para recaudar fondos. La comunidad, como siempre, colaboró”, señaló.
Con lo recaudado se compró un camión en San Francisco, que fue puesto en funcionamiento en el taller de Don Coianiz y Galleano, ambos integrantes del Club. Finalmente, en 1972 se entregó el primer autobomba, que llevó el nombre de Buchman, figura vinculada a la institución.
Más aportes para la ciudad
Rossetti también recordó otras obras concretadas en aquellos años, como la construcción de consultorios externos en el SAMCo, la compra del reloj que aún hoy funciona en la torre de la Iglesia y la adquisición de la sede propia del Club en 1975, una inversión clave para la institución.
Un camino sostenido por la solidaridad
Finalmente, la presidenta agradeció el apoyo permanente de la comunidad: “Como siempre lo hacemos, recurrimos a la comunidad, que es muy solidaria. La gente de El Trébol siempre está presente. Y se sigue tratando de hacer la mayor cantidad de obras que se pueda”.
Con un historial cargado de compromiso y servicio, el Club de Leones se encamina a celebrar 60 años siendo parte fundamental del desarrollo y bienestar de El Trébol.













