Cuatro ex militares y cinco civiles que actuaron como personal civil en el Destacamento de Inteligencia 121 de Rosario, fueron condenados a cadena perpetua por el secuestro y asesinato de Carlos Alberto Bosso y su esposa María Isabel Salinas, cuyos cuerpos fueron hallados en 2010 en una fosa clandestina existente en un campo de maniobras del Ejército próximo a la localidad santafesina de Laguna Paiva.
Bosso y Salinas habían sido secuestrados el 17 de septiembre de 1977 en Rosario junto con su hijita de quince meses -Mariana-, mantenidos en cautiverio en el centro clandestino de detención “La Calamita”, de Granadero Baigorria, y muertos después junto a otros detenidos-desaparecidos en un chalet de las afueras de la localidad de Monje, cuando eran trasladados hacia la capital de la provincia.
Condenados
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de Rosario condenó por estos asesinatos al ex teniente coronel Pascual Oscar Guerrieri, el ex capitán Jorge Alberto Fariña, el ex teniente Juan Daniel Amelong, el ex teniente primero Marino Héctor González -que carga con otra condena anterior por apropiación y sustitución de identidad de menores-, y a los ex personal civil de inteligencia (PCI) del Ejército, Ariel Antonio López, Juan Andrés Cabrera, José Luis Troncoso, Walter Salvador Dionisio Pagano, Rodolfo Daniel Isach (quien también fue comisario de la Policía de Santa Fe) y Eduardo Rodolfo Costanzo.
Costanzo fue quien, quebrando el pacto de silencio que une a los genocidas, reveló detalles de algunos hechos ocurridos durante la última dictadura cívico-militar, como el enterramiento clandestino en el campo militar “San Pedro”, aunque asegurando que se los había contado otro PCI ya fallecido.
El jurado, presidido por la camarista de Paraná, Mariela Emilce Rojas y sus colegas de Córdoba, Jaime Díaz Gavier y María Noel Costa, también condenó a siete ex policías federales por algunos de los 116 casos analizados en este cuarto tramo de la “Causa Guerrieri”, como se la conoce por el nombre del principal de los imputados, quien fue jefe del Destacamento de Inteligencia del Ejército en Rosario y zona.
Menores víctimas
Descontando las condenas por los casos probados de secuestro, desaparición, torturas y asesinatos, lo novedoso de este juicio es que las condenas también contemplaron -como pidieron las querellas y la fiscalía- la situación de los menores secuestrados con sus padres, como Mariana Bosso, y los sufrimientos que padecieron al margen de haber sido recuperados por familiares de sus progenitores asesinados.
En este caso, las penas de cadena perpetua se dictaron por “privación ilegítima de libertad agravada por el carácter de funcionarios públicos de los represores y por medio de violencia y amenazas, en concurso ideal con la sustracción, retención y ocultación de menores de diez años y en concurso real con tormentos”, según lo normado por el artículo 144 del primer párrafo del Código Penal de la Nación.
El tribunal anunció que los fundamentos del veredicto se darán a conocer el 25 de octubre y dispuso que los condenados continúen en sus actuales condiciones de detención (en cárcel común en algunos casos y domiciliaria en los que ya tienen acordado este beneficio por cuestiones de salud que no pueden ser adecuadamente atendidas en los penales del Servicio Penitenciario Federal).